jueves, 6 de abril de 2017

¿A dónde van los vuelos que no tomamos?


Hace días que regrese del camino de Santiago y aunque durante el mismo, escribí muchísimo de la manera tradicional, a lápiz y papel, no he conseguido sacar las ganas de poder plasmarlo por estos lares digitales.

Quizás es porque el camino más que escribirlo, hay que sentirlo y todo lo que pudiese decir de él, quedaría injustamente corto para lo que merece.

El camino eres tú, y solo caminando podrás leer lo que podría haber puesto.



También es quizás que cada día tengo más ganas de desaparecer para vivir más.
Que cada vez son más las escapadas con la ausencia a sitios anónimos.

También quizás esa especie de depresión post vacacional que te deja el regreso al asfalto tiene algo que ver.

Echo de menos, ( para no variar en mi maldita nostalgia diagnosticada por mi mismo, como mi enfermedad más presente) ... echo  de menos hasta el más mínimo ultimo momento relacionado con el camino, como ejemplo, al azafato en pruebas de Iberia que como un amigo de guardería se presenta en tu vida para marcar los últimos y primeros pasos de lo que seras a partir de entonces.

Y los primeros momentos siempre marcan.

Para ser franco, amo mirar las cosas siempre como un comienzo y no como un final, pues nunca he sido de despedidas.

Nada termina realmente si te pones en el sitio preciso de la perspectiva deseada.
Solo cambia...

Y aquí estoy hoy, con una imperante necesidad de dejarme los dedos en el teclado.De escribir, no sé muy bien de qué pero de escribir como casi siempre mi silencio a gritos.

Escuchando en bucle "Who knows where the time goes" de Nina Simone que se pregunta algo así como qué quien sabe donde va el tiempo.



Y es precisamente el momento ideal para escribir, cuando esta mañana hablaba con Isa, sobre un billete, casualmente de Iberia ( todo se recicla ) que no iba a ser utilizado.

Hace meses en uno de esos ataques repentinos de vida que me dan, compre un vuelo a Ibiza con esta compañía sin saber que seria de mi para entonces.Al final como digo,todo cambia, todo se recicla, todo acaba y todo empieza y mis circunstancias ahora me han impedido poder hacer uso de esa plaza en el avión...

Yo le decía a ella que ¿ A donde van los vuelos que no tomamos ? Tengo claro que a su destino, Pero yo imaginaba que de alguna manera en ese asiento vació deben quedar muchos anhelos, muchas intenciones, mucha parte de ti...

Quizás las personas con las que te ibas a sentar a su lado, eran protagonistas en tu vida o tal vez hay algún pasajero de ultima hora que ocupa tu asiento al no presentarte y vive por ti todos los anhelos que tu reservaste para ese momento.




 ¿Te imaginas a alguien encontrándose en el asiento toda tu voluntad?
¿De alguna manera robandote toda la energía puesta en esa reserva?
Puede ser hasta un acto de caridad aunque a veces puede ser fatal el vivir los anhelos de otros.

Lo que a ti te puede hacer la persona más feliz del mundo, a mi me puede joder la vida.

Por eso creo que es importante tomar siempre los vuelos ahora que ya dejaste pasar todos los trenes.
Y si no vas a poder volar, al menos avisa a la compañía aérea para que puedan liberar tu asiento y tus anhelos vuelvan contigo para ser bien utilizados en otro vuelo.


En realidad si lo pensamos, nosotros, las personas y nuestra relación con la vida, no dista mucho de los aviones y su vuelo por el cielo.

Reservamos continuamente metas y destinos de lo que se supone que debemos conseguir en la vida.
Parece que nazcamos con la pestañita marcada de estudiar, independizarse,comprar vivienda, boda, familia..etc  y si te saltas alguna de estas casillas o las realizas en otro orden el precio a pagar es caro, lleva penalización.

Andamos cada día como en un aeropuerto con miles de personas hacia todas las direcciones y cruzándose entre si para rumbos diferentes pero todos queremos llegar a un lugar, todos quieren volar...y hasta ahí todo bien.

Pero si intentamos facturar más peso del natural en nuestro equipaje puede salir muy costoso. Cargas emocionales, vueltas en nuestra cabeza innecesarias, estres, ansiedad laboral, dudas existenciales, amor embarrado.



Y no es hasta cuando una compañía te pierde la maleta en un viaje cuando te das cuenta que todo es prescindible, que no te hace falta nada, que tú lo eres todo, así como de la misma manera tú haces el tamaño de los problemas según la importancia que les des.

Un ejemplo,un amor que contienes no es amor, un amor con barro no es amor, el amor es amor y es maravilloso y en el momento que no te deja avanzar, o lo reprimes,mides etc por medir el tiempo que conoces a quien se lo quieres dar, no es amor.

Vive todos tus anhelos, gasta todas tus reservas, porque otro las puede vivir por ti, tu lugar será para otro y no es justo que se trague las mierdas que dejes en él, que algunas cosas serán perfectas pero para ti pero otras pueden ser muy pesadas.

Así que muevete, vuela, y si vas a tomar otro rumbo en lo que estas haciendo ahora, avisa a quien este implicado para dejar el lugar limpio y libre de cargas, sin pestañas marcadas, sin leyes preestablecidas.

Haz tu vida, tu vida, tu vida...siempre tu vida sin juzgar la de otros y solo así seras un pasajero de primera.