Y ahí estaba, con la mirada pérdida entre las vías que le alejaban de un Madrid moribundo que un día le hizo soñar.
Estaba tan roto y a su vez entero que era hasta bello. Le habían cortado las alas una vez más y ahí estaba en un vagón de clase preferente volando de otra manera, sentado elegantemente y viendo pasar en el cielo las diapositivas de su ultimo capítulo.
Su mirada era hipnotizante, se hacia inmensa cuando le mirabas, te perdías y no sabias muy bien si era inmensa de pena o inmensa de vivencias victoriosas, lo único en claro es que tenia experiencia en mirar.
Él no viajaba en clase preferente por los privilegios a los que puedes optar, si no por antisocial. Amaba viajar solo, sin mucho barullo , de corrillos de gente alegre.Él prefería viajar entre gente solitaria, seria, de negocios , pues le permitía cierta tranquilidad para poder centrarse en su viaje.
Y es que al fin y al cabo tu viaje es solo tuyo y ese placer de viajar no es nunca igual que el de quien tengas Al lado ,por mucho que te acompañe al mismo destino.Se puede compartir tiempo pero nunca un viaje y menos el de él que iba mucho más lejos, más allá del cristal que destellaba con los últimos acordes del atardecer.
En su vagón olía muy bien, ciertamente era su perfume, siempre le gusto llevarlo encima en los viajes largos, pues nunca sabes a quien puedes besar por cortesía en alguna de las paradas.
Pero no había color, no había esta vez mariposas revoloteando entre un ramo de flores posado sobre un asiento vacío, tan vacío como se notaba su pecho.
En pleno calor primaveral, a veces hay tiros que te atraviesan dejando entrar un frío que te congela dejándote fuera de la realidad, del juego, del mundo.
Él era uno de esos que vivía fuera de tu mundo y el mio y no era el único, hay mucha gente con unas fobias mortales al aire que respiran los demás por cultura y por sociedad.
Esas fobias hacen que cuando les señalan por hacer algo de forma distinta a los demás se vayan desangrando un poco más de esta vida.
La cuestión va incluso hasta en forma de sentir, son extremadamente sensibles, como una rama de un árbol, como el polvo de las mariposas, como el color de las flores, como las lágrimas de un bebe, como algo natural que emergiera de la tierra, de la naturaleza.
Tienen un corazón tan arraigado a su fortaleza que por muy sensibles que sean, es justo ese arraigo lo que les hace invencibles. Porque les podrán hacer caer en nuestro mundo, pero no en el suyo.
Algún día harán del nuestro poco a poco un mundo mejor, sin trampas, sin decepción, un mundo donde sentir sea como aquí hablar en voz alta, donde no se usen estrategias para estar bien con alguien, donde ser tú sea tu mejor Currículo Vítae.
Pues él, era de esos, de esos que no son ángeles pero se parecen a los de los cuentos, de los que no tiene alas, pero saben volar con una especie de magia que se esfuma entre palabras ,miradas y adioses.
No sé que pasaría por su cabeza pero me hubiese encantado meterme en ella ,montado como en un vagón de montaña rusa y salir por sus ojos hacia su mundo con su mirada como carril con vías.
Seguramente era un viaje triste a juzgar por la faz de su cara, de esos en los que bajas roto de dolor para descansar un poco y retomar más fuerte, remontar más alto, así que no me producía tristeza pues esos puntos de inflexión son fascinantes...y placenteros ,como cuando de pequeños te pegaban con la zapatilla de corcho o te castigaban sin salir y llorabas y llorabas un mar de lágrimas para desembocar en un placentero sueño.
Recuerdo que iba escribiendo, escribiendo a medias, escribía algo en su libreta y otro algo lo proyectaba a través de su mirada al infinito.
Lo poco que pude leer, hablaba de una historia bonita, y digo bonita porque no era otra cosa que eso, ni fascinante ,ni otra cosa, sino bonita.
Pero me hizo llorar, me emocionó, así sin preguntas, sin respuestas, sin razones explicables.
Pero era mágico, era mágico todo él, me podría haber enamorado solo de su postura , de su forma de estar,de mirar, de su olor, de su libreta y de esa canción que sonaba en el momento del final a través de sus auriculares...justo la misma la que sonó cuando él nació... Y que paradójicamente ahora que iba muriendo sonaba.
Era un chico de legado italiano.De amores de papel, de historia de tinta añeja.
Quizás los príncipes no existan, pero los que dan toda su vida por hacer real y bella la leyenda sí y yo conocí a uno.
Pero son fugaces, son efímeros, no los puedes atrapar,no los puedes retener, y vuelan tan rápido que lo único que puedes hacer es aprender a volar con ellos o recordarlos para mantener viva su estela y es lo que estoy haciendo ahora mismo.
No te asustes si ves a uno, es una lastima de de muchos que matamos en nuestra única oportunidad por no saber mirarlos como se debe, por romper su silencio, por partir sus alas, por limitar nuestra alma y reprimir nuestros sueños.
No somos culpables tampoco, ellos no te van a odiar jamas por mucho que les hayas roto, ellos te van a querer siempre.
Entienden que vivimos en un mundo hiper ansioso por una libertad que nos han vendido en lo sexual con los tabúes que eso conlleva, con lo que se supone que se debe de hacer y con los tiempos que estipula cada uno a su libre albedrío para cegarnos en encontrarla en donde verdaderamente esta en la mente y en el corazón.
Gracias y Feliz Viaje
Cuenca 18/05/2015
