miércoles, 30 de octubre de 2019

Palencia



Palencia... Siempre estuvo ahí desde los viejos tiempos en los que las novias se vestían de negro.

Siempre supo de nosotros y aquí permanece hasta nuestros tiempos, presente de nuestra historia.

Siempre estuviste ahí con ella, ella tan en blanco y negro sabiendo que de tus rafagas a todo color se haría lo bella que hoy es.

Ella testigo de tus mentiras y cómplice de las mías por dar nuestros pasos de cero por la calle mayor rodeados de vidas que van y vienen ajenos al compromiso de fortaleza en la nuestra.

Compartir todo el sufrir del dolor y toda la dicha de un amor cada más tímido, creciendo al revés, envejeciendo a niños que corren de la mano al silencio de cuando nacimos.

Agua natural en el "Ideal" para limpiar impurezas de un marcado destino.

Se agita a borbotones un corazón dolido pero lleno de esperanza.

Se escapan de tus ojos de mirada recién nacida las lágrimas exhaustas que encuentran alivio en en la comisura de esos labios de preciosa sonrisa, dueña de todos mis sueños.

Y esa pelusa de tu ombligo que ahí seguía esperandome y hoy he enseñado a volar por una Palencia hoy un poco más feliz, como yo.

Me toca ir a visitarla de vez en cuando y sé que ella pasara de gris a ser tan blanca como el algodon, como tú.

Y cuando eso suceda... Ahí estaré yo para recogerla y devolvertela.

Ahí estaré yo, porque sí, para meterla en nuestra paciente almohada que llenaremos de todo ese tu algodon.

Ay Palencia!

...que paz.

Gracias.

Mateo Bocca

domingo, 27 de octubre de 2019

Ese momento (El Monstruo)


Una noche, una hora más esta noche en la que mientras tenia una pesadilla el monstruo protagonista se ha metido debajo de mi cama y yo tan valiente que profusamente siempre he presumido de ser, estoy aterrado, tengo miedo, me da pánico y es real.

Ese momento en el que te falta el aire y pides auxilio pero no te sale la voz, y el monstruo te mira con unos ojos que se tatúan en tu piel, y se acerca e inspira su aliento robandote el tuyo hasta dejarte sin aire y ahogarte.

Ese momento donde tienes una herida viva a corazón abierto y sangrante y el monstruo te tira un kilo de sal que escuece tanto tanto que de dolor caes inconsciente.

Ese momento donde lloras y lloras y de llorar la cabeza te explota y revienta y chillando a gritos silenciosos dejas de escuchar lo de fuera y escuchas un pitido en parada y te mueres en vida y el monstruo sonríe orgulloso de su malvada hazaña.

Ese momento donde estas al borde del precipicio abisal y el monstruo te agarra, te besa la frente y entonces te suelta y caes y no dejas de seguir cayendo hacia el fondo sin fin.

Ese momento en que sus manos te acarician y salvan unos segundos y luego las mismas te dan la cuerda que os une para acabar ahorcandote.

Ese momento en la linea del fin de la cordura donde el monstruo  te aprieta la sien para pasar extasiado a la locura cerrando tus ojos en blanco cegando por siempre tu vida.

Ese momento donde el monstruo te escupe y seguidamente cierra las puertas del vehículo que te lleva al infierno.

Este momento que te levantas sin saber ni como ni como eres y el monstruo sigue debajo de tu cama.

Ese puto momento

Ese momento es pánico

Ese momento...

Mateo Bocca

jueves, 10 de octubre de 2019

Día mundial de la Salud Mental (Locos pero Libres)


Hoy es el día mundial de la salud mental y es importante saber que existen enfermedades que aunque no se vean son el motor principal de nuestro "ser" de nuestro "estar".

Y es que podemos cuidar mucho nuestro cuerpo en estos tiempos donde solo nos quedamos con lo exterior pero es una gran equivocación el pensarnos estupendos solo por eso.

La peor enfermedad es la que actúa en silencio, aquella que se juzga sin conocerla, la que te apaga la mirada a blanco y negro en un mundo abierto a todo color.

Hay cierto temor a reivindicar la figura de un profesional psiquiatra, psicólogo, terapeuta cuando son tremendamente necesarias en la evolución de nuestra salud porque de nada sirve sumar años si por dentro estamos rotos.

Muchos no acuden o no cuidan esa parte al saberse fuertes ante una teórica pero lo más complicado es saber hacer bien la practica.

Yo mismo, una persona que siempre he visto la vida de forma optimista y respondía automáticamente a un "¿Qué tal?" con un "Muy bien, Gracias" tuve que tocar fondo para volver a subir para arriba.

A veces se nos cae el mundo abajo y no encontramos ni tan siquiera los porqués, nos da pereza darle vueltas a la cabeza y empezar de nuevo, ignorando que que ahí se encuentran las respuestas a esas preguntas que te atormentan.

Otras veces no queremos agobiar con nuestros "problemas" a los nuestros sin saber que cuando eres querido por alguien, tu problema es el sufrimiento de otro ser querido.

Hay que normalizar las enfermedades mentales y para sanarlas un poquito hay que liberarlas y puedes contarlas sin miedo a los juicios de una sociedad superficial, al liberarlas dejaras hueco para las soluciones.No hace falta que te entiendan, ni siquiera que te den un consejo, solo hace falta soltar...desahogarte y el viento empezara a desinfectar ese silencio sangrante.

Una perdida en tu vida, un desorden alimenticio, una adicción, una ansiedad laboral, todo es tratable y cuando mas tardes en mirarlo mas daño harás a tu mente... Somatizando a tu interior problemas mas irreversibles.

Recordad...todo es salud mental, sin ella no podremos sonreír ante nada más.

Si nos cuidamos los dientes ¿Por qué no la cabeza? El corazón es a quien primero avisa cuando llora por algo o sin explicación.

No tengas miedo a estar loco, todos lo estamos en cierta medida.

Jodidamente locos... Si!

Pero libres!

Mateo Bocca

miércoles, 9 de octubre de 2019

Calida nieve


Caminar hacia atrás entre tus recuerdos, hacia esos inviernos en donde aun siguen los resquicios de tus huellas en una nieve calida a tus sentimientos.

Silencio que te acompaña en un sutil amanecer entre montañas cuesta abajo con sabor a pan tostado con tomate.

Un día que transcurre sin la prisa de una vida aparcada en la ciudad, una carretera secundaria en calma para el atajo de la soledad.

Un amor que nace a como niños de un colegio de piedra setentero.

Un atardecer que cruje al calor de de un horno tradicional de pan de pueblo.

Una guitarra que me da las buenas noches y una chica que canta canciones de folclore gallego a la luz de la hoguera de una chimenea que lentamente suena desvaneciéndose con el sonido de un rio al que escucho y miro soñando bajo mi ventana.

Mateo Bocca.

Recuerdos de mi camino francés de Santiago en sus dos primeras etapas.

Buenas noches.