martes, 15 de diciembre de 2015

No tengo nada más

Fotografía de Tony Madrid

 No tengo nada ya, no tengo ni las ganas de más nada.

No tengo opción, no tengo salida, soy así y así me moriré.

No tengo más, así como viví.

Suele ser paradójico o al menos a mi me lo parece, esa expresión a veces tan usada al limite de nuestros dolores de cabeza.

Y que malos los dolores de cabeza que no te dejan pensar con claridad, te empujan a rendirte a decir que no queda nada ya, que no tienes nada.

Es paradójico que cuando pronunciamos ese "nada" solemos proceder de un naufragio donde lo teníamos todo y lo más paradójico es que aun quizá teniéndolo todo, no lo queremos, lo rechazamos, renunciamos a tenerlo y optamos por divagar en nuestro dolor de cabeza para convertir al todo en nada.

Suelo escribir casi siempre, sentado en la cama, reposado sobre el cabezal con mi almohada, y sin nada, sin nada que me moleste, sin ropa, sin ruidos, sin música, sin letras aun en mi papel blanco...y suelo deprimirme, suelo meterme en un papel para fotocopiar mi interior en otro papel distinto, en ese papel, en esa hoja en blanco sin nada y que luego lo contendrá todo.

Que victimarios nos volvemos a veces, que vagos, que idiotas de verdad.

Por no tener, la verdad que no tenemos nada, sobre todo en esos momentos, no tenemos ni la habilidad de saber jugar a ello, y tan pronto eres damnificado como víctima de tus propias decisiones.

Me gusta aprender a delirar, me encanta escribir sin pensar en nada, y es que no tengo nada más que decir que lo que me dice el silencio, o sea, nada o a partes iguales todo.Ese sin sentido, ese juego de encontrarlo dentro de la nada.

Que pesadez...

Salir de la cama, subir la persiana, ponerte un temazo, mirar a la luna o no mirar al sol que te deslumbra y entra bien por dentro.



Papeles mojados, hojas secas, todo proceso, toda evolución.

¿ Como se puede decir que no puedes hacer algo cuando nunca lo has hecho?
¿ Como juras no poder cambiar cuando no hay nada que cambiar que nunca has hecho, que no existe?

No puedo hablar en público tal como escribo...pero jamás lo he hecho, por lo cual no existe público...
¿ Como sé que no puedo hacer algo que nunca he hecho?

Este sin sentido creo que intenta decir que hay que desechar lamentaciones y como para casi todo echar a andar, con el tiempo, el tiempo donde encontraras siempre cosas nuevas, renovadas o acabadas.

Ni la soledad, ni nada, el tiempo es mi mejor amante, es tan grande, tan bonito.
Puedo enamorarme cada día de él.

Y es que no tengo nada más...

Nada más que un bella historia de amor que me hace levantarme cada día y salir de mi habitación.

Nada más que todo lo que me da la vida.



3 comentarios:

  1. Si no te avientas, si no saltas, si no lo intentas, entonces te habrás perdido de hacer cosas maravillosas. Nosotros nos convertimos de repente en nuestro propio enemigo, limitandonos, diciendo no puedo antes de siquiera intentarlo.Claro en condiciones normales, porque cuando alguien vive una depresión tiende a huir de muchas situaciones sin realmente quererlo, pero bueno eso es una enfermedad. Tememos a lo desconocido y a veces no lo intentamos, pero el que no arriesga no gana. Del suelo nadie pasa. Un saludo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Thama W ...Ya comenzaba a extrañarte. Que gusto leerte por aquí de nuevo...en este mi rincón perdido, donde llega muy poquita gente.Estoy muy agradecido siempre de tus palabras, de saber entender donde quiero llegar.
      He abierto una pagina en facebook, se llama El blog de Mateo Bocca, por si te interesa pasarte.Más que nada para poder llegar a otras personas.
      Un abrazo.

      Eliminar
  2. Gracias, checare el dato. :) que tengas mejor dia siempre. Ciao.

    ResponderEliminar