jueves, 28 de abril de 2016

En la yema de tus dedos



Todo lo más cerca que pude estar de ti fueron las yemas de tus dedos.
Era peligrosamente excitante el tacto que sentía mi piel al estrechar tus manos.

Recuerdo simplemente sexy el movimiento que hacían al sacudir el cigarrillo que se consumía como a cámara lenta mientras caía la ceniza.

La primera vez que los vi, enmudecían mis sentidos al ver como sujetabais un lapicero de madera pulida de azul eléctrico y oscuro.

El sonido al crear tus letras en el folio era tan pacifico como estremecedor.

Estaba tranquilo, nunca osé traspasar el significado más allá de tus lineas.

Me perdía en esos renglones, me partía en el sin sentido de encontrarle un sentido.



Me moría por quitarte la ropa, ansiaba pusilánime el deseo de hacerte despertar de mi sueño, frente a frente desnudos, acompañados por el sudor, acomplejados de la traición.

Una mujer que palpita, como aceite hirviendo en tus manos.

Lo hice todo por salvarte del incendio que acechaba entre tú y yo en las yemas de tus dedos.


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