domingo, 20 de septiembre de 2015

De la talla S a la M


Es un momento delicado de asimilar, un cambio incierto en tu vida, una perdida y un vacío como el minuto de silencio que dedicas a lo que fue y ya no esta.

Es una sensación clave en tu vida, una derrota a contrarreloj que te gana el paso del tiempo, un ejercicio de asimilación en el que debes aceptar normas de ley de vida algo resignado y nostálgico.

A todos nos llega en algún trazo de la vida ese momento lo queramos o no.

Puede ser duro si no estas preparado pero una vez superado es hasta gratificante descubrir muchos otros aspectos de ti que no tenias antes y que te engrandecen de una seguridad implacable.

Pensándolo bien, no dista mucho de lo que sentimos cuando el paso del tiempo nos va avisando de que ya no somos los jóvenes que se comían el mundo cuando el despertador de un viernes nos sonaba temprano.

Esa desolación que sientes cuando por primera vez tienes que aceptar que ya no es momento de... O que ya no volverán las mismas cosas que te ayudaron a llegar hasta aquí.


Ese desaliento cabizbajo que llega a ti dentro de un probador lleno de espejos que te dan la bienvenida a tu nueva realidad....

...y te sientas.

Te sientas para mirarte a los ojos con un estado bipolar que se debate entre luchar un poco más o aceptar que es hora de emprender un nuevo camino en el que necesitarás una mente fresca,renovada y con otras inquietas ideas que te provoquen la sonrisa.

Ese momento en la vida en que los que los que durante años te cuidaron van yéndose para siempre, en el que los amigos con los que jugaste van partiendo a otros caminos y en los que se cambia bruscamente el ruido de la despreocupación por el silencio de la soledad.

No es tan distinto al día en que te visita la madurez sin ser invitada para comunicarte que se queda a vivir contigo para siempre en una vida en la que de vez en cuando escaparas de su lado para revivir inútilmente aquello que eras y que hoy no logras encontrar.

Y no es tan malo como pudiese parecer, no es tan catastrófico, al contrario , como dije al principio es solo un paso o alguno más;no son exactos; para descubrir con aceptación otros placeres que antes no podías ver, otros caminos al lado de los de antes pero evolucionados y con nuevas vistas.

Siempre me ha parecido curioso ese punto de inflexión en que te paras a echar la vista atrás de manera metódica y ves cosas que te avergüenzan y otras que te dan ganas de llorar....de añoranza.

Ese momento de aceptar que el color de una cana no es tan sinónimo de verse viejo, ese otro de ver una foto de hace años y Reírte de tus pintas y agradecer a la vida haberte dado con los años unas dotes de estilismo contemporáneo.

El momento en el que tras mucho negarte a escuchar cumplidos , ves bellas a las patas de gallo, o también ese otro cuando aceptas como sexy a una talla más allá de la 40.

La vida se puede resumir en tallas...y lo mejor de todo seria poder vivirlas todas.
Hay algunos que nacen con la vida de talla S, en la que se creen pequeñitos , sobre protegidos y limitando sus pasos a sus casillas de seguridad donde la zona de confort es lo único que conocen, pero cuando por algo en la vida, se ven obligados a sentarse en un probador de otra zona, se vuelven valientes y pasan progresivamente de la S a la M , y luego a la L y si llegan a la XL pueden sentir ese gozo de valientes, de grandes, de superaciones y recompensas por haberse enfrentado y disfrutado de lo bueno que tenían en esas otras zonas y que desde la suya de confort no hubiesen visto.

Otros nacen con una talla grande, y lo tienen todo, no les falta de nada o eso creen, pero en un paseo, en una vuelta por voluntad propia o inevitable se ven obligados a ajustarse el cinturón y descubren que no lo era el "todo" lo que tenían, que hay pequeños placeres ocultos , sensaciones humildes que te hacen mucho más grande de lo que pensaban.

Las tallas, la edad, no son números, si no solo unas hojas del libro de tu vida...
¿ A quien le gusta quedarse solo con el principio de un libro?

Hay que pasar más hojas para disfrutar de la historia.

La edad puede cambiar pero no el espíritu del lector,al contrario, lo enriquecerá mucho más con el desarrollo de la historia.La talla puede subir o bajar pero nunca tu felicidad,pues va en ti, en tu corazón y un corazón sano, nunca deja de latir, esta preparado para cualquier talla, es talla única,universal,no tiene edad.

Me encuentro en un probador de la vida, y no mentiré, asustado un poco pero no quebrado...van viniendo poco a poco modelos a mi más grandes pero más bonitos.



Me siento, y alrededor de mis ojos veo algo de un color más añejo, en mi pelo un color más claro, pero en mi mirada algo más valiente...
Me lo pruebo, me lo llevo.
Entre la talla S a la M...
Deme una M.

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