lunes, 14 de septiembre de 2015

Inerte


Esta tarde se murió un payaso. Lo más divertido del caso que mientras su cuerpo estaba inerte, la gente aplaudía y aplaudía 

Y me creo sentir así; un mártir condenado al amor.
Al amor más salvaje, al más despiadado,
Al que con nocturnidad y alevosía se cubre de vicio.
De un vicio que duele, de un masoquismo que hiere.

Un payaso sonriente de juguete.
Con la cara de inexpresividad total
y el corazón de tela sangrando a borbollones.

Mientras a cuchilladas un traidor te va sacando las entrañas.
Y por ese amor soportas y continuas con tu cara sonriente desdibujada
por una trágica lagrima de final.

Estas Inerte.


No hay comentarios:

Publicar un comentario